Susan Greenfíeld es la principal especialista inglesa en el estudio del cerebro. El último proyecto de la doctora. Creenfield ha sido estudiar el cerebro a través de los cambios tecnológicos, como sería el futuro. El resultado ha sido un nuevo éxito editorial, «La gente del mañana», como su anterior «bestseller» «La vida secreta del cerebro». A continuación reproduzco parte de una entrevista que realizó Juana Libedinski en Londres, para el diario la Nación publicada el día 2 de agosto de 2006.
«Estamos entrando en un nuevo mundo. No diría que es atemorizador, aunque todo lo nuevo da miedo, pero si que requiere que meditemos sobre él. No podemos atravesarlo como sonámbulos», explica Greenfíeld. «La gente comete un gran error al mirar al futuro. Cree que las nuevas tecnologías que ya están marcando, como Internet, serán como la televisión o el frigorífico, y que en consecuencia no afectaran nuestras vidas, mas allá de hacerla mas cómoda. Es mentira, estas novedades son mucho mas invasivas y expansivas a tal punto que afectaran la manera en que pensamos, sentimos y actuamos. Mi especialidad es el cerebro, por lo que soy muy consciente de cuan permeable es a lo que pasa alrededor, de que no existe una personalidad inviolable. Me preocupa ver como en la política o en las escuelas se toman decisiones sin pararse a reflexionar sobre los efectos que ya están teniendo estos cambios tecnológicos sobre los seres humanos».
«Como ejemplo basta con mirar los niños de hoy, que prácticamente manejan un ordenador desde que nacen. Posiblemente esto les este afectando la manera de pensar y actuar. Pero nadie se detiene a reflexionar sobre el tema, y en cuanto llegan a la escuela infantil, como no saben sentarse quietecitos, cada vez se multiplican los que reciben diagnósticos de trastornos de atención. Son niños acostumbrados a una pantalla que los estimula continuamente. Tocan botones y aparecen ruidos y colores. Después entran en el aula y los educadores pretenden que se queden concentrados escuchando a la maestra sentados en la silla.
«Una de las actuales nodrizas de los niños es la televisión, y de ella absorbe las mas precarias formas de versificación, música y atropello de la sintaxis: una pseudopoesía destinada no a despertar sus sentimientos y su imaginación sino a moldearlo como consumidor ciego de un orden social que hace y hará todo lo posible por volverlo estupido»
María Elen Walsh
¡Están acostumbrados a que se les fomente una capacidad de atención limitada en su cerebro. La mayor parte de nosotros aprendió a concentrarse cuando nuestros padres nos leían cuentos para entretenernos. Si esto se reemplaza por televisión y ordenadores, es totalmente irresponsable que no se estudie el efecto que esta teniendo en los niños antes de diagnosticarles cualquier cosa e incluso antes de diseñar las políticas educativas»
«Estos jóvenes no saben distinguir entre información y conocimiento. Cuando uno lee un libro, el autor nos toma de la mano y nos va llevando, a uno puede no gustarle el camino pero no tiene otra alternativa, salvo cerrar el libro. Hay un argumento lineal. No se leen tres cuartos del libro, se vuelve para atrás y luego se salta para adelante, es diferente en un ordenador. El buscador te lleva donde quieras. Para aquellos de nosotros que crecimos sobre la base de una historia lineal, sobre la que se apilaba otra historia lineal, ya tenemos en la cabeza una serie de narrativas que nos permiten construir un marco de referencia, este marco sirve para relacionar una cosa con la otra, para dar un significado a lo que encontramos. Entonces cuando de adulto tomamos un buscador, sabemos donde ir y qué descartar, si uno jamás hubiera tejido este trayecto conceptual en la cabeza, ¿cómo sabría qué es lo importante? Se va a elegir lo que es mas bonito, lo de colores más fuertes que es como te enseña a elegir el ordenador. Es un mito que el ordenador sea sólo una herramienta. Nosotros tenemos muchas más referencias porque tenemos estas historias lineales. Ellos tienen información que se les arroja a la cara y que no saben como clasificar. Lo que hay que hacer urgentemente es trabajar con educadores, psicólogos y técnicos informáticos para ver como pueden estos niños reproducir el marco conceptual que nuestras generaciones sacaron de los libros para relacionar una cosa con la otra. Y hasta que se logre, hay que seguir insistiendo con los libros».