Hay días que deben ser recordados y otros no tanto, aun así mi vida me ha reparado: esperanza fundamentada y desdichas necesarias.
A donde quiera que vaya me llevo conmigo,
cerca muy cerca,
la vida está donde una quiere estar.
Donde una se quiere recordar.
La palabra vida es misteriosa, profunda y sagrada, difícil de convocar, libre y alada.
Hay días que deben ser recordados, escuchados,
mirados porque rezuman vida y alegría.
Hay días que deben ser recordados porque piensas que morirías de tanta tristeza.
Hay vida que hay que dejar caer, tejer, incluso doler.
Entre los días que deben ser recordados y los que no tanto hay un resplandor esperando que la vida anide.
(Siempre que se acercan estas fechas reflexiono sobre mi vida, que siempre va directamente unida pero por estancias diferentes, lo mas sanamente independientes a la vida de mi único hijo, que ayer fue su cumpleaños. FELICIDADES )